Hace 4 años empecé a trabajar en exclusiva como diseñador.
Antes había hecho casi de todo.
Había descargado camiones a las 6 de la mañana, puesto copas, servido en bodas, fui intérprete y asistente de dirección en una orgánica cinegética internacional y lancé mi primer proyecto por cuenta propia, el cual no salió bien, por cierto.
Hace 2 años la empresa que más encargos me hacía decidió prescindir de mis servicios y empezó a rondarme la cabeza la idea de ponerme por mi cuenta.
Y ya se sabe el peligro que tienen las ideas…
Poco a poco esa idea se fue convirtiendo en una ilusión. En algunos momentos en una obsesión.
Tener mi propio negocio, gestionarlo desde dónde yo quisiera, trabajar desde casa, según mis normas y no depender del criterio de un jefe.
Me apetecía mucho intentarlo.
Y es que, por unas razones u otras, llega un momento en el que muchos profesionales nos planteamos la posibilidad de establecernos por cuenta propia.
Algunos se dan cuenta de que podrían ganar más dinero si se lanzaran en solitario, en lugar de trabajar para otro.
Otros ven la posibilidad de tener más libertad. En todos los sentidos. A nivel económico, de horarios, para ejercer su profesión a su manera, etc.
Por desgracia hay quienes no tienen más opción, no tienen trabajo ni perspectivas de encontrarlo, así que no les queda otra que buscarse la vida por su cuenta. Situación muy común en los tiempos que corren.
En mi caso siempre he tenido un espíritu emprendedor muy marcado, desde pequeño me veía a los mandos de mi propia empresa, no tenía muy claro a qué me iba a dedicar pero quería que fuera algo mío.
Mi plan siempre fue aprender bien mi profesión en alguna empresa para, unos años después, montar mi propio negocio.
Lo que nunca pensé fue que con 31 años ya estaría volando solo.
Pero estas cosas pasan, tú puedes planear todo lo que quieras, que hay veces que la vida te empuja.
Y doy gracias por ello.
Porque si hubiera sido por mí, seguramente ahora estaría trabajando para otros, con jornadas de 9:00 a 18:00, a saberse dónde y ganando una “miseria”.
Lo curioso es que ahora mismo sigo trabajando para otros, con jornadas de 12 horas y ganando la misma miseria. Bueno, últimamente el negocio va despegando y ya no gano tan, tan poco, pero te aseguro que no me estoy haciendo de oro. Ni mucho menos.
Eso sí, soy más feliz que una lombriz.
No lo cambiaría por nada.
Nunca he sentido tanta satisfacción profesional, ni me he sentido tan orgulloso de lo que hago.
“Entonces, es genial trabajar para ti mismo, ¿no?”
Pues mira, para mí sí. A mí me encanta, pero no todo es de color de rosa.
Te voy a contar lo que me ha pasado esta mañana.
Estaba en la peluquería y la chica que me estaba lavando el pelo me preguntó dónde trabajaba. Le expliqué que trabajo por mi cuenta desde casa como diseñador gráfico y de páginas web.
Cuando se lo dije ya era consciente de lo que venía a continuación, la conversación es más o menos siempre la misma.
“¡Ah! ¡Que suerte! ¡Te puedes levantar cuando quieras y no tienes jefe!”
Bueno, me levanto todos los días a las 7:00, acabo a las 20:00 y tengo tantos jefes como clientes… Pensé yo mientras asentía sonriendo.
Pero no me molestó, eso suele ser lo primero que piensa la gente cuando le explico lo que hago. Me parece lógico y normal.
El problema viene si tú estás pensando en ponerte por tu cuenta y lo ves de la misma forma.
Mal empiezas si crees que tu vida va a consistir en levantarte a las 11, trabajar solo en los proyectos que te apetezcan y embolsarte 4000€ cada mes.
Deja que te cuente la realidad de trabajar desde casa. Te voy a desmontar algunos mitos que rodean a los profesionales freelance:
Te levantas cuando quieres
Bueno, esto es verdad.
Nadie te pondrá un horario, pero cuando trabajas para ti mismo te faltan horas en el día. Te levantas muy pronto, te acuestas tarde y descansas poco entre medias. Esto se debe a que, de repente, te has convertido en trabajador por cuenta propia…
Y en jefe, secretaria, administrativo, contable, blogger, comunity manager, etc.
Si te tomas en serio tu negocio, echarás más horas que un reloj, por lo menos al principio.
No tienes un jefe que esté encima de ti
Si y no.
No tienes un jefe que te pueda despedir cuando quiera, esa es una gran ventaja.
Lo que si tienes son clientes a los que tienes que atender como si fueran tu jefe, con la complicación de que cada cliente tiene su personalidad, sus horarios y sus manías.
A veces, es todo un reto cuadrar las piezas del puzzle. ¿El lado bueno? Que nunca te aburres, cada día es distinto y se te presentan nuevos retos.
Los freelance ganan mucho dinero
Un trabajador autónomo tiene que conseguir nuevos clientes, responder emails, contestar el teléfono, hacer presupuestos, negociar precios, emitir facturas, ocuparse de la contabilidad, gestionar las redes sociales, el blog, etc.
Ser freelance es duro. Conlleva mucho esfuerzo y sacrificio.
Algunos ganan mucho dinero. Olé por ellos, se lo han ganado.
Otros ganan un sueldo moderado.
Muchos luchan como leones para mantener su negocio a flote y sacan lo justo para ir tirando. Hoy en día es lo más habitual.
Puedes elegir los proyectos en los que trabajar
Me da que no.
Si trabajas para ti tendrás la posibilidad de rechazar trabajos que no te interesen, pero a no ser que todos tus clientes sean maravillosos, te den libertad total y te ofrezcan proyectos súper interesantes siempre tendrás que coger propuestas que no te apetezcan, sobretodo al principio.
¿Puedes rechazar trabajos que no te interesen?
Si.
¿Lo harás?
No.
Es así de sencillo, si solo coges los proyectos que de verdad te apetecen no durarás ni 6 meses.
Tu trabajo es hacer dibujitos
Si eres psicólogo, profesor de inglés, fisioterapeuta, arquitecto u otro tipo de profesional con una profesión “reconocida” este punto no te afecta.
Pero si eres diseñador gráfico, diseñador web, ilustrador, comunity manager o alguna profesión de “reciente creación” seguro que te han dicho lindezas como esta alguna vez.
Y que conste que esto me lo ha dicho hasta mi abuelo.
He intentado explicarle mil veces en qué consiste el diseño gráfico y el diseño web pero ya he renunciado. Para él estar en casa sentado delante del ordenador diseñando una infografía no es trabajar, lo ve como un juego.
Cuando estoy con una web y no entiende nada de lo que aparece en la pantalla, sí parece entender que estoy trabajando, pero entonces me dice:
“¿Pero el informático no era tu hermano?”
Lo dicho, ya no me esfuerzo en corregirle.
“¿Yo valdría para trabajar desde casa?”
Depende totalmente de cómo seas, del tipo de personalidad que tengas. Hay gente que sirve para el autoempleo y gente que no.
Ser freelance no es para todo el mundo.
Hay ciertas aptitudes y sobretodo actitudes que necesitas si no quieres darte un buen guarrazo.
En los últimos años he visto a muchos emprendedores que han montado su negocio online y han empezado a trabajar desde casa.
La mayoría han fracasado.
Y que conste que no te digo esto para desanimarte, solo quiero que tengas los pies en el suelo.
Lo más normal es que pegues algún patinazo antes de tener éxito. A casi todos los grandes les ha pasado. Es muy habitual encontrar a emprendedores que ahora facturan muchísimo dinero, pero que, en su día lanzaron proyectos que no funcionaron.
A mí mismo me pasó hace unos años, me metí en un negocio que no salió bien.
Lo bueno es que me sirvió para saber cómo no tenía que hacer las cosas. Aprendí de mis errores y decidí prepararme mejor para mi próxima aventura.
Una de las claves para tener éxito es saber levantarte cuando te caes.
Pero hay otras muchas cosas que necesitas.
Te voy a enumerar las características que considero necesarias para que un profesional independiente y que quiera trabajar desde casa, tenga éxito en su aventura online.
Parto de la base de que ya tienes la formación y conocimientos técnicos necesarios para ejercer tu profesión, así que me voy a centrar únicamente en lo que necesitas para ser freelance.
Vamos a averiguar si tienes lo que hay que tener:
- Tienes que sentir verdadera pasión por lo que haces.
- Tienes que ser capaz de soportar el estrés, o acostumbrarte a convivir con él.
- Debes tener una actitud resolutiva ante los problemas. Primero resuelve, si no lo consigues ya habrá tiempo de preocuparse.
- Tienes que confiar en ti mismo. Tanto en tus habilidades como en la calidad de tu trabajo.
- Tienes que ser ambicioso y querer entregar lo mejor de ti.
- Te irá mejor si eres una persona optimista. Necesitarás ese optimismo en los momentos complicados.
- Te vendría muy bien ser organizado, si no te volverás loco.
- De verdad te tiene que apetecer ser freelance, si te da pereza hacer frente a todo lo que supone mejor ni lo intentes.
- Tienes que ser capaz de gestionar correctamente tu propio tiempo.
- Si eres extrovertido te resultará más fácil conseguir clientes y tratar con ellos.
- Tienes que ser autocrítico y saber aceptar las críticas de los demás.
- En algún momento tendrás que decir “NO”. Tienes que ser capaz de hacerlo.
- Te vendría muy bien tener a una persona cerca que entienda lo que haces y que te anime cuando estés de bajón.
- En el escenario actual necesitas estar dispuesto a aprender cosas nuevas continuamente. Todo cambia muy rápido y te tienes que adaptar.
- Te vendría bien ser buen redactor.
- Tienes que ser consciente de que no es un camino fácil, pero estás dispuesto a darlo todo y tienes el convencimiento de lo vas a conseguir.
Si la lista anterior encaja con tu perfil ¡Enhorabuena! ¡Te veo trabajando desde casa en 4 días!
Tranquilo, casi nadie cumple todos los puntos así que no te preocupes. Lo importante es que te veas reflejado en general.
Por el contrario si solo cumples un par de puntos de todo el listado igual deberías barajar otras opciones ¿no te parece?
Recuerda, ser freelance no es para todo el mundo.
No te recomendaría ser freelance, ni trabajar desde casa si estos son algunos de tus rasgos:
- Te da miedo competir. Ahí fuera hay muchos profesionales como tú y vas a tener que demostrar por qué te deberían elegir a ti en vez de a ellos.
- Preferirías tener un horario y un sueldo fijo. Si los horarios complicados y el salario irregular son un obstáculo insalvable esto se te va a hacer cuesta arriba.
- Consideras que ya te has formado bastante para ejercer tu profesión. Ahora no te apetece tener que mantener un blog, pasar horas en las redes sociales y aprender técnicas de marketing online. Te lo digo con toda sinceridad, hoy en día necesitas tener un blog y necesitas aprovechar todas las herramientas estén a tu alcance. Si no lo haces te perderás en torno a un 80% de oportunidades.
- Eres una persona negativa. Te cuesta ver el lado bueno de las cosas y tiendes a culpar a los demás de las cosas malas que te ocurren. Si tu personalidad tira hacia este lado te costará mucho mantener el ánimo y la actitud necesaria para sacar adelante un negocio por tu cuenta.
- Eres una persona muy indecisa. La toma de decisiones se te hará cuesta arriba y perderás tiempo en cada paso que des.
- Tu ley es la del mínimo esfuerzo. Tu actitud tiene que ser otra, tienes que estar dispuesto a sacrificarte y ser ambicioso, tienes que querer llegar lejos, que la gente reconozca tu trabajo. Tienes que aspirar a la excelencia, luego llegarás donde llegues pero tienes que apuntar alto. Si tu idea es hacer lo mínimo posible no podrás competir con gente que está dispuesta a darlo todo. El hambre es un arma poderosa y si a ti te falta, te acabarán comiendo.
Si quieres saber si estás hecho para trabajar desde casa analiza las dos listas y piensa en cuál te sientes más cómodo.
Si tu lista es la primera no lo dudes, lo tuyo es emprender y lo tienes todo para que tu negocio tenga éxito en internet. Te animo completamente a que lo hagas.
Si estás en la segunda te recomiendo otras opciones. No pasa nada si no tienes espíritu emprendedor, no es nada malo. Trabajar para otros es una opción perfectamente válida y tiene muchas ventajas. No me parece responsable recomendarte que te lances en solitario porque sé que no te va a ir bien.
“¿Cómo es un día de trabajo en tu vida?”
Como te he dicho antes me levanto todos los días a las 7:00, me ducho y a las 7:20 estoy sentado delante del ordenador.
Lo primero que hago es una lista con las cosas que tengo programadas para ese día y repaso las cosas que me hayan quedado pendientes del día anterior.
Si trabajas desde casa, o estás pensando en hacerlo, te aconsejo que hagas listas. Te ayudarán a seguir tus avances y a mantener el rumbo. Si no haces listas es fácil distraerse y tener la sensación de que se te ha ido el día y “no has hecho nada”.
Ese rato hasta las 9:00 lo suelo aprovechar también para mantener las redes sociales, hacer presupuestos, facturas y contestar emails.
A las 9:00 paro para desayunar con mi novia. A las 9:30 vuelvo al tajo.
Después de desayunar empieza mi jornada de trabajo puro y duro. Generalmente algún diseño de infografías o alguna página en WordPress.
Hasta las 14:00 le doy a saco, aunque siempre paro un par de veces para hacer estiramientos. Cuando trabajas desde casa y pasas 10-12 horas sentado delante del ordenador, los estiramientos se convierten en tus mejores amigos.
La espalda te puede hacer polvo, cuídala, de lo contrario trabajar sentado en una silla se convertirá en una tortura.
A las 14:00 comemos y reposo hasta las 15:00.
A las 15:00 me pongo a trabajar otra vez en lo que estaba haciendo antes de comer o si voy bien de tiempo escribo parte de alguna entrada del blog.
Para mi el blog es primordial, es mi mejor fuente de trabajo así que intento dedicarle toda la atención que puedo, pero hay muchos días que voy fatal de tiempo y no puedo pararme a escribir así que aprovecho los días que voy un poco más tranquilo.
Hasta las 19:00 sigo trabajando o escribiendo, a esa hora paro para responder correos, planificar el día siguiente, facturas, presupuestos o difusión de artículos del blog.
A las 20:00 intento parar. Unas veces lo consigo, otras no. A veces me obligan.
Si estoy muy liado la jornada se puede alargar hasta las 22:00 pero intento que no sea así y no suele ser así.
El rato entre las 20:00 y las 22:00 lo aprovecho para hacer deporte o ir a tomar algo. También hay que socializar, que llevo casi todo el día solo.
Luego cenita, película o serie y a las 12 al sobre, que el día siguiente hay que seguir luchando.
“¿Volverías a trabajar para otros?”
No se puede decir “de este agua no beberé” y nunca se sabe las vueltas que da la vida, pero ahora mismo no me imagino trabajando para otro.
Hace 2 años y poco, cuando vi que mi curro peligraba, me puse a enviar curriculums a diestro y siniestro.
Quería trabajar para otros, aunque solo fuera para seguir aprendiendo.
Casi nadie me contestaba.
Nadie me contrató.
A día de hoy recibo propuestas de colaboración o incluso ofertas de trabajo casi todas las semanas.
Pero ahora busco otra cosa, quiero hacer crecer mi negocio.
Hoy en día ser asalariado en España supone:
- Vivir con el miedo a que te despidan cualquier día.
- Tener que tragar mucha mierda por miedo a que te despidan.
- Dar las gracias por tener trabajo, aunque sea con un sueldo miserable, por el simple hecho de que hay otros 200 que harían tu trabajo por menos dinero que tú.
- Que otro se enriquezca con tu talento.
Yo no quiero eso, yo quiero:
- Gestionar mi tiempo como quiera.
- Ganar todo el dinero que me permita mi talento.
- Sentirme orgulloso de lo que estoy consiguiendo cada día.
- Tener un lugar de trabajo a mi medida.
- Levantarme de la cama con ganas de trabajar.
- Irme 2 meses a la playa y trabajar desde allí.
- Ahorrarme 40 minutos de metro para ir a trabajar cada día.
Lanzar un negocio por tu cuenta es difícil, sobretodo al principio.
Pero profesionalmente nunca he sido tan feliz, así que en mi caso lo tengo clarísimo.
Lo que yo quiero es trabajar desde casa.
Muy interesante y acertado tu post, yo estoy intentando arrancar como freeance, pero como dices la competencia es encarnizada y apoco que te duermas o te desfases te quedas atrás. La verdad es que ahora tengo un trabajo de media jornada porque si no no podría llegar. Es verdad que no todo el mundo vale para freeance pero también es verdad que hay carencias delas que indicas que se pueden desarrollar o mejorar. Asi que todo es posible, solo hay que quererlo de verdad. Saludos desde Marbella!
Hola Fernando,
Empezar a media jornada es una buena idea, al principio todo es muy incierto y tener otra fuente de ingresos te aporta mucha tranquilidad.
También estoy de acuerdo en que hay carencias que se pueden mejorar, por supuesto que si. Lo importante es desearlo y estar dispuesto a hacer sacrificios.
Un saludo!
Hey!!
Me identifico mucho con tu articulo y de echo el 95% del post lo e vivido y estoy viviendo actualmente..!!
No es tarea fácil y lo digo sobre todo por como están las cosas actualmente, aunque si que hay mucho que hacer dentro del mercado de la network y el diseño.
En mi caso el tema es que no hay muchas ofertas al mes y tengo que hacer “magia” muchas veces y este comienzo (que ya es de 1 año 1/2) a veces se complica un poco. Pero aunque a veces me desanimo, siempre sale una propuesta interesante que me sube el animo y un par de propuestas, que no son tan interesantes pero que se tiene que hacer, sobre todo porque una cosa lleva la otra y la otra a la otra y eso te mantiene vivo y en practica que es algo muy importante en esto.
NO ES FACIL, PERO SI SE PUEDE SEÑORES!!
Hola Giancarlo,
Es verdad que no es fácil, nadie dijo que lo fuera, pero merece la pena, a mi por lo menos.
Al principio es duro, mucho, cuesta mucho trabajo darte a conocer y empezar a tener un flujo de trabajo regular. Una vez que pasas esa fase es todo más sencillo, Google empieza a enviarte tráfico y, si estás escribiendo para el público adecuado, el trabajo empieza a llegar.
Ánimo para esos momentos de bajón, que todos los pasamos 🙂
Un artículo sincero y realista de la vida y la jornada diaria de un freelance.
Pero como tu dices Arturo, el esfuerzo vale la pena.
Y te lo dice uno que ha trabajado en muchas cosas antes, contando lo de poner copas.
Éste comentario lo dejo para dar unos consejos a los que empiezan.
Yo recomiendo empezar un proyecto propio mientras tengas empleo. No esperes a quedarte sin él para empezar.
Si puedes empezar más de uno mejor.
Ahorra. Un proyecto requiere inversión, aunque sea mínima. Y tendrás la espalda cubierta mientras despega.
No te límites a los ingresos activos. Busca formas de generar ingresos pasivos que no requieran de tu presencia. Para los meses bajos de clientes cubrirán los gastos.
Hazlo con ilusión y aunque tendrás bajones, piensa en que es tuyo. Si te has machacado currando para otros, en lo tuyo más todavía.
Céntrate en ayudar a otros y después vendrá el beneficio económico.
La competencia es sana y además ayuda.
Pero lo más importante es que empieces. La mayoria de proyectos se quedan en la idea o en una noche de copas.
Saludos!
Unos consejos muy acertados Raul, los suscribo totalmente.
Sobretodo el último.
“No hace falta ser grande para empezar, pero tienes que empezar para llegar a ser grande”
Un saludo!
Le doy un 11 sobre 10 a este artículo!
Lo veo día a día en mi familia… Que no siempre trabaja mi marido desde casa, pero que saca un negocio adelante.
Realista y sincero. Te va a ir bien 🙂
Hola Arturo:
Genial el artículo. Cuando estás en un punto como el mío en el que dices “me lanzo a la piscina y voy a intentar ofrecer mis servicios a modo de freelance” viene estupendamente contar con una foto tan realista del día a día de uno.
Yo lo único que tengo que reprochar a esta fiebre de emprendimiento es el que “asusta” las cantidades que pagan los autónomos (cuotas de seguridad social, impuestos…) Pero eso pasa aquí en españa, en dónde es mucho más económico tributar como gran empresa (poer eso de que dinamiza la enconomía y tralará) que un autónomo que se deja la piel diariamente para , como bien explicas, ganar un sueldo moderado.
Saludos, mucha fuerza y deseame suerte 😉
Lucía
Muy buen artículo, muchos tips que ayudan a quienes estamos empezando en esto y que estamos decididos que solamente cambiando el paradigma podremos vivir de una mejor manera, o al menos de forma coherente a quienes somos en lo más profundo de nuestro ser. Gracias por compartir.
Explorando las recónditas páginas de tu blog, me he encontrado con esto, exactamente en la página 14 de 18 que hay jeje. Me lo he leido por que me lo recomendaste en la última sesión de soporte y la verdad, está genial, me encanta esa forma de soltar las cosas como son que tienes, es como un choque con la realidad que tienes de repente.
He visto que la actualización de este es ‘Cómo trabajar desde casa cuando tienes un bebé recién nacido’, voy a echarle un ojo ahora, aunque me pilla todavía un poco lejos jeje. Creo que estaría genial poder ver tu evolución ahora; ahora que ya has empezado con los cursos online, ahora que ya eres un referente dentro del sector, ya que supongo que tus horarios con respecto a lo que pones aquí diferirán un poco (sobre todo lo de las 12 horas diarias de trabajo jeje).
Estas cosas la verdad es que generan muchisima curiosidad para los que te seguimos, y sobre todo ayudan mucho, ya que te das cuenta que las sensaciónes que tienes ahora, no son por que tu cerebro sea un quejica desgradecido o por que estés loco, sino que son normales y hay que aprender a gestionarlas.
¡Un abrazo Arturo! 😉